Las fiestas de la Magdalena, una celebración única

Conocer España es una experiencia única, su cocina, su gente y sus paisajes se distinguen del resto de Europa, por su maravillosa combinación entre su larga tradición de festividades religiosas con la modernidad que han alcanzado.

Sin embargo, lo que otorga la singularidad a este país son sus celebraciones, las cuales no pueden pasar desapercibidas para ningún turista, sobre todo las fiestas de la Magdalena, en la región de Castellón.

Al contrario de la mayoría de las conmemoraciones populares de España, que están dedicada a un santo o virgen en específico, en Castellón festejan el origen y fundación de la ciudad, que coincide con las celebraciones de la Cuaresma.

fiestas de la Magdalena

Castellón es una de las regiones más importantes de España, se ubica en la comunidad autónoma de Valencia, en la costa del Mediterráneo, y su pasado está muy ligado a la época medieval, por ello la fundación de su capital es muy importante, pues data de 1252, cuando el rey Jaime I ordenó su edificación, para aprovechar un puerto improvisado por los romanos y así controlar el tráfico marítimo, además de brindar desarrollo a esta zona agrícola dedicada a los cítricos, la seda y el cáñamo.

Las fiestas de la Magdalena inician el tercer sábado de la Cuaresma y contemplan una serie de actos muy tradicionales que inician con el desfile de un pregonero que invita a cada uno de los habitantes a unirse a la celebración más grande de su región y así dar paso a la Romería de las Cañas (Romería de les Canyes), que es una forma de recordar las fundaciones de la ciudad.

Los peregrinos salen desde muy temprano de la Plaza Mayor, después de escuchar misa y dar por inauguradas las celebraciones. Recorren varias calles de la ciudad para luego atravesar caminos rurales, en dirección a la ermita de la Magdalena, mientras llevan sus gaiatas, que en castellano significa “encendida” y son monumentos iluminados, de aproximadamente 6 metros de altura, el mayor símbolo de la celebración y recuerda las cañas y faroles que usaron los fundadores para iluminarse durante su camino. La intención es que cualquier persona pueda verlas de cerca. La parte más espectacular es cuando atraviesan los acantilados, ya que se pueden apreciar desde la lejanía, en una postal sorprendente, digna de quedarse en la memoria de cualquier turista.

A mitad del camino hacen una parada obligada en Sant Roc de Canet donde se organiza un almuerzo y después se ofrece una oración para seguir el camino.

A su llegada a la ermita se oficia una misa solemne que culmina con una cena deliciosa en la que se preparan cantidades enormes de paella para que los peregrinos convivan, luego del largo trayecto.

Durante nueve días Castellón se convierte en una auténtica fiesta, en la que las sonrisas son las protagonistas, ya que la ciudad se llena de actividades para cualquier público, pues todos quieren aportar a esta festividad con la realización de conciertos, exposiciones y todo tipo de espectáculos y no es para menos, pues en 2001 fue declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad por su esplendor.

Las calles de Castellón se inundan de turistas de todas partes del mundo, incluso de las provincias vecinas que se amalgaman con sus habitantes, formando un interesante mosaico cultural que sólo se consigue durante estas celebraciones populares.

Las fiestas terminan cuando se lleva a cabo la romería de regreso (torná de la romería), que si bien fue una tradición ausente durante algunos años, en la actualidad es igual de importante a la que da el inicio de la celebración, pues su convocatoria es masiva.

Comienza en la ermita de la Magdalena y hace escala por algunos edificios religiosos de la ciudad, pero su parada más importante es en la Basílica de la Virgen del Lledó, donde los peregrinos rezan y canta en honor de la imagen que ahí se guarda y a la que dan gracias por algunos favores recibidos. También llevan gaiatas que iluminan lo que llaman la peregrinación de los penitentes, que acuden para pagar ofrendas.

Las celebraciones de la Magdalena son para todo aquel que busque divertirse y regocijarse con la cultura de España, ya que su recorrido es muy interesante, pues pasan por monumentos de gran valor histórico como los restos de las murallas que protegieron a la ciudad durante las invasiones de los árabes en la Península Ibérica.

Sin embargo, es muy importante mencionar que tome su tiempo para aprovechar la enorme oferta de actividades que encontrará durante estos nueve días, ya que el programa es muy extenso y está pensado para darle gusto a grandes y chicos. Es mejor que elabore un plan de las cosas que quiere ver y los recorridos los haga a pie, pues varias calles son cerradas para dar paso a los peregrinos, además de que tendrá dificultades para encontrar estacionamiento. También es muy importante mencionar, que el hospedaje debe buscarse con anticipación, ya que al ser una de las festividades más importantes de España, requiere que haga reservaciones para que no pase dificultades. Además encontrará infinidad de opciones para comer, desde los alimentos más típicos como la paella o cocina internacional.

Estas fiestas son maravillosas y únicas, ya que además de sus impactantes peregrinaciones, cada año se renuevan con paseos y espectáculos, por lo que significan una opción siempre interesante para pasar unas vacaciones espectaculares en las que la cultura y el entretenimiento sean la base.

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