Finanzas personales: cómo llevar una excelente administración sin morir en el intento

Las finanzas personales son la estructura de nuestra estabilidad económica. Y, sin embargo, son una de las prácticas en las que más nos cuestan la disciplina y la organización. Afortunadamente, existen revistas especializadas, columnistas y páginas web – como el portal de uno de los expertos argentinos en finanzas – que están allí para ayudarnos.

Seguramente, se te vengan varias preguntas a la cabeza: ¿Por qué tomarnos tan en serio las finanzas personales? ¿Por qué buscar asesoramiento? ¿No es solo dibujar dos columnas de ingresos y gastos en un Excell? No, las finanzas personales son mucho más que eso: de acuerdo al tipo de administración que llevemos a cabo podremos cumplir con nuestras metas, lograr capacidad de ahorro y hasta generar inversiones.

Pero, ¿por qué, entonces, si es tan importante en nuestras vidas, se nos complica tanto? Más allá de los factores externos -los cuales tienen injerencia, y mucha, nadie lo niega-, las personas solemos tener malos hábitos con relación al manejo de nuestro dinero.

Por ejemplo: ¿Nunca te pasó de ir por la calle y antojarte con un café con leche y medialunas? Quizás también comprar un ejemplar del diario y sentarse en un bar. ¡Excelente plan! Pero ¿era ese un gasto que teníamos contemplado? Probablemente no y constituye parte de un hábito denominado “gastos hormiga” a través del cual se nos va muchísimo dinero sin que tengamos noción. Después, cuando llega fin de mes, no entendemos cómo podemos estar tan ajustados.

Este artículo sobre finanzas personales no pretende que no te des ningún gusto en la vida, porque, además, ¿quién no ama las medialunas? Sino que intentará brindar herramientas básicas y sencillas de aplicar para que llegar a fin de mes no sea una odisea y, también, para tener controlados todos los gastos, incluso esos “antojos” que se nos ocurren en la calle ¡Esperamos que te sean útiles!

Finanzas personales: lo primero es el diagnóstico

Antes de comenzar a gestionar nuestras finanzas, debemos realizar un diagnóstico: no solo con respecto a los ingresos y gastos, sino también en función a nuestro propio perfil. ¿Alguna vez oíste hablar del análisis FODA? Es una estrategia de marketing que perfectamente podemos aplicar a nosotros mismos previo a estructurar la organización de nuestro dinero.

Esta herramienta sirve para determinar cuáles son nuestras fortalezas y debilidades (factores internos) y nuestras oportunidades y amenazas (factores externos).

Por ejemplo, quizás nuestra fortaleza sea que tenemos un gran ojo para detectar nichos de clientes: regularmente se nos ocurren servicios o productos que faltan dentro de un determinado sector. O también puede ser nuestra disciplina de trabajo: nos levantamos temprano, vamos a la oficina, volvemos y nos dedicamos a un proyecto personal.

En el mismo sentido, cabe detectar las debilidades: ¿somos gastadores compulsivos? ¿somos desorganizados? ¿no sabemos ni siquiera exactamente cuánta plata ganamos por mes? ¿somos fanáticos de los gastos hormigas?

Todo este análisis minucioso nos ayudará a conocernos a nosotros mismos y, sobre todo, saber dónde estamos parados. Si tenemos conocimiento en profundidad sobre nuestros hábitos y prácticas, podremos saber también en dónde tenemos que hacer hincapié.

Por ejemplo, si somos compradores compulsivos, tendremos que priorizar el respeto a rajatabla de los presupuestos sectorizados. Es decir, si a principio de mes planificamos gastar cien pesos en objetos personales debemos esforzarnos el triple que en cualquier otro punto de nuestra gestión para cumplirlo.

A su vez, las características externas servirán para proyectar posibles fuentes extras de dinero como así también las amenazas a nuestras finanzas y cómo prevenirlas. Por ejemplo, si nuestro trabajo fijo no es estable, debemos preparar con antelación un plan para buscar un segundo trabajo.

La clave en este paso es no mentirse a uno mismo.

Presupuestos: la clave el éxito financiero

Quizás suene básico pero es sorprendente la cantidad de personas que no realizan un presupuesto mensual y/o anual de sus finanzas. Lo ideal es que utilices una plataforma -actualmente hay infinidad de aplicaciones móviles– para que puedas contabilizar tus ingresos y gastos. ¡Pero no se agota allí! También debes especificar las fechas de pagos y cobros y organizar dichas transacciones, ya que, entre otras cosas, las facturas vencidas siempre implican un mayor gasto.

Esta misma planificación, si realizaste tu diagnóstico previamente, te servirá para ver con claridad cuáles son los gastos innecesarios. Por ejemplo, si almorzás en el trabajo y compras tu comida en restaurantes quizás cotidianamente no notes esto como un gasto extra importante. Pero si ves la cifra final te darás cuenta de que es un gasto innecesario en donde podrías ahorrar una buena suma de dinero.

Es también muy importante que valores tu dinero. Que seas consciente de todo lo que te cuesta ganarlo y, por ende, del cuidado que debes tener para con el mismo.

Claro que tampoco tiene sentido trabajar ocho horas diarias para no darse ningún gusto. Por eso, es importante que en la planificación mensual realices un apartado medido y honesto sobre el presupuesto destinado a gastos de ocio. ¿No es mucho mejor salir a cenar sabiendo que es un dinero contemplado y sin sentir culpa al ver el ticket?

Educación: la base para una administración con futuro

Las finanzas personales no deben ser solo una serie de hábitos que debes tener en cuenta para llegar a fin de mes. También puede ser un camino de aprendizaje cuya meta sea vivir mejor. Como dijimos anteriormente, existe gran variedad de fuentes de información confiables sobre esta temática. Cuanto más sepas, mejor te administrarás y más seguro te sentirás en tus decisiones económicas. ¿Qué estás esperando?

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